Hasta ahí les llegó la ‘revolución’ a los cantantes del petrismo que promovieron el paro nacional que destruyó a Colombia en el 2021

Las autoridades colombianas intensifican la búsqueda de Dib Abraham Hadra Arciniegas, exguitarrista de la reconocida banda Doctor Krápula, quien fue condenado a 13 años de prisión por abuso sexual a una menor de 14 años y actualmente se encuentra prófugo de la justicia. La sentencia, que quedó en firme desde noviembre de 2024, aún no ha sido cumplida, y su paradero es desconocido.

El caso fue visibilizado nuevamente el pasado 25 de mayo por la Fundación Yo Sí Te Creo, que denunció en redes sociales la inacción para ejecutar la orden de captura vigente desde el 27 de noviembre del año pasado. La organización detalló que el abuso ocurrió entre 2015 y 2016, cuando la víctima tenía apenas 14 años. La denuncia fue presentada por la madre de la menor en 2016, lo que dio inicio a un proceso judicial largo y complejo.

Hadra fue imputado en 2017 y condenado en diciembre de 2020 por actos sexuales con menor de 14 años, con circunstancias agravantes. Tras varias apelaciones, incluida una acción de tutela y un recurso de casación ante la Corte Suprema, todas rechazadas, la condena fue ratificada definitivamente en 2024. Sin embargo, el exintegrante de Doctor Krápula nunca se presentó a cumplirla.

La Fundación Yo Sí Te Creo ha exigido a las autoridades actuar con celeridad para capturarlo, al tiempo que pide a la ciudadanía colaborar con información sobre su paradero sin enfrentarlo directamente. “Este ciudadano cuenta con orden de captura vigente. Si tienes información confiable sobre su ubicación: NO LO ENFRENTES. DENÚNCIALO”, señala la publicación, que incluye contactos de la Fiscalía, la Policía y canales de denuncia.

El caso ha causado conmoción no solo por la gravedad de los hechos, sino por tratarse de una figura pública vinculada a una banda que históricamente ha promovido mensajes de justicia social. Doctor Krápula, que ya había hecho pública su desvinculación con Hadra desde años atrás, no se ha pronunciado sobre la condena en firme.

Organizaciones defensoras de derechos humanos han reiterado la importancia de que casos como este no queden impunes y han subrayado el desgaste emocional y judicial que enfrentan las víctimas de abuso sexual en Colombia. La justicia, advierten, no puede ser solo una sentencia en papel: debe cumplirse.